viernes, 15 de enero de 2016

¿Eres inteligente?


Si piensas que tu inteligencia es fija ¿en qué nivel estará? ¿qué limitaciones tendrás?. Una forma de averiguarlo es observando el resultado de tus acciones. Si observas tus actuaciones puedes pensar: no voy a hacer esto porque igual fracaso, mejor haré algo que sepa que va a salirme bien. En cambio si crees que tu inteligencia es modificable puedes buscar los medios para potenciarla y comprobar si lo consigues. ¿Cómo sabrás si eres más inteligente?

En el libro titulado Por qué las personas inteligentes pueden ser tan estúpidas informan que la actuación en una tarea intelectual, sea cual sea, simplemente mide nuestra actuación en esa tarea, solo mide las habilidades específicas que se aplican a esa tarea. Supongamos que alguien nos pregunta: ¿cuál es la raíz cuadrada de 23?. ¿Sabrías responder?, y si te preguntan ¿cómo funciona la lavadora?. Si finalmente te preguntan si sabes conducir, ¿cuál puede ser la respuesta?. Espera. ¿Has respondido que no tienes carnet?. Piensa un poco, ¿se puede saber conducir sin tener carnet?.

Si tengo el carnet de conducir significa que alguien certifica mi capacidad para conducir, de conducir ¿qué?. ¿Has pensado en coche?. Podría ser moto, autobús o camión, pero has pensado en coche. ¿Y la bicicleta?, ¿alguien certifica que sabes andar en bicicleta?.

A la pregunta ¿cómo sabrás si eres más inteligente? No sabías andar en bici y ahora sí. No sabías conducir un coche y ahora sí. Entonces, ¿eres más inteligente?.

La gente que cree que la inteligencia es fija tiende a atribuir a muchas tareas intelectuales no sólo el poder de informar acerca de tus habilidades actuales, sino también de tu inteligencia global, tu inteligencia futura y tu valía global.

Por otro lado, la gente que cree que la inteligencia es modificable, se ciñen a los hechos. Consideran que tu actuación en una tarea simplemente refleja las habilidades específicas requeridas para esa tarea, así como el esfuerzo que le dedicas y las estrategias que utilizas.

En estudios realizados con universitarios de características muy similares, se comprobó que aquellos que creían en la inteligencia fija, ante una hipotético fracaso en los estudios, consideraban que eran tontos, incluso muchos se sintieron “inútiles” o “auténticos perdedores”. En cambio los que creen en que la inteligencia es modificable, consideraban que necesitaban mejorar, hacer algo distinto. Igualmente en estudios posteriores, los primeros relacionaban los fallos con una minusvaloración de sí mismos. Consideraban su valía académica como un reflejo de su valía personal.

La conclusión que podemos extraer de estos estudios y otros es que es posible enseñar que la inteligencia no es fija y esto redundará en mejoría en el estudio y una mayor flexibilidad a la hora de valorar los éxitos y los fracasos, mejorando asimismo el desarrollo personal. ¿Por qué? Porque si tu percibes que eres poco inteligente y que esto no se puede cambiar, afectará a muchos aspectos de tu vida. En cambio, si sabes que la inteligencia es un potencial abierto, sabes que lo que sale mal, puede mejorarse y hacerse bien.

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